sábado, 3 de enero de 2009

Liberando el gen que perrea

A Italian Boy


Acercándose las fechas de despedidas, cada quien sale a reservar mesa en algún “restó”, resto-bar de moda, preferentemente los que promocionan buen menú, show de streapers, humorista de dudosas artimañas, cotillón, aperitivos.
Señores ejecutivos, grupos del gimnasio, el “cuerpo docente”, enfermeras se congregan en torno a un buen asado o pizza libre, en una camaradería muchas veces constituida más o menos violentamente por el calendario o lograda a fuerza del futuro aumento, la búsqueda de las vacaciones, pago de derecho de piso, etc. Estos convites o ágapes convergen en una particularidad: la liberación del gen que perrea.
Si mi inferencia es correcta, el gen está presente en todo ser humano, por lo cual podría decirse que es extensivo a una serie de eventos mucho mayor que el que aglutina las despedidas, a saber: cumpleaños —sobre todo de quince— casamientos, agasajos empresariales, boliches de casinos, cantinas bailables… por sólo dar algunas muestras.
Frente a estos lugares de esparcimiento se me ocurre la pregunta que pongo a debate acerca del llamado provisoriamente el “problema del gen”, ya que aún no he podido establecer las variables que generan el fenómeno: ¿por qué en el 100% de los casos relevados, un mínimo estímulo—ya sea con o sin consumición de alcohol— la emisión de “El bombón asesino” de Los Palmeras o “Yo soy tu gatita” de La Factoría, emana, desata, desarrolla, una personalidad hasta el momento oculta que no tiene reversibilidad durante la velada?
La evidencia demuestra que, además de ser estímulos colectivos, son de carácter histórico y suelen aparecer en vacaciones: en una época, se vislumbraba a partir del carnaval carioca “pepepepepe, voce aabusóoo, Brigitte Bardot, Bardoot” que ahora serviría para ir levantando las sillas; aunque hay algunos como el de Los Palmeras antes mencionado o “Yo me estoy enamorando” de Antonio Ríos que conservan vigente la potencia de antaño.
Para terminar, saludo las manifestaciones de derrape e invito a mi concurrencia a recordar algunos hits que hicieron de una noche, la noche.